miércoles, 26 de junio de 2013

Crónica de un huerto 9: Genaro el espantapájaros

Los ataques repetidos contra nuestras pobres plantas no pueden quedar impunes. Por eso, un nuevo personaje a entrado a formar parte de la huerta. No podía ser otro que un señor espantapájaros el cual fue mi obsesión durante todo el fin de semana. Quizá hubiera sido una buena idea mirar en algún lugar cómo hacer un espantapájaros en condiciones, pero como no se nos encendió esa bombilla en aquel momento y yo tenía las muchas prisas que me suelen caracterizar, hicimos lo que pudimos con las escasas ideas que se nos pasaban por la cabeza a esas alturas del domingo.


Primero procedimos a la fabricación de unas cruces con palos que tenía el hortelano jefe por ahí tirados. 


Después le pusimos ropita. Y el caso es que yo creo que este debe ser el espantapájaros mejor vestido de la historia. Le pusimos unos dockers viejos de mi padre y su buena camisa de cuadros. Esto fue claramente intencionado. Si queremos despistar a los pájaros tenemos que vestirle tal y como el hortelano jefe frecuenta la huerta: como un pincel. Eso sí, le faltan los zapatos.


Yo no estaba nada contenta con la idea de ponerle una cara malvada con los dientes picados pero Patrick insistió en que era absolutamente necesario que fuera terrorífico para el mejor ahuyentamiento de nuestros enemigos plumíferos. Con todo el dolor de mi corazón, eso fue lo que salió.



El resultado del espantapájaros posiblemente no fue perfecto, lo que se dice perfecto y, a pesar del gran trabajo de fijación que llevaron a cabo los chicos, creo que sigue algo inestable. Pero con sus fallos y todo, a ver si es capaz de espantarnos a algunos de estos bichejos destroza tomates.

1 comentario:

  1. José Luis García-Calvo Jaime3 de julio de 2013, 7:13

    A ver si sale ahora mi comentario.
    Me parecen unas fotos buenísimas, si el National Geographic hiciera reportajes sobre huertos, te las compraba sin dudarlo, jeje.

    ResponderEliminar