sábado, 27 de julio de 2013

Crónica de un huerto 15: Las flores de nuestro lugar

No le hago caso al huerto. No tengo perdón. Los días se suceden unos tras otros y yo no digo nada de nuestro huerto ni de los afanosos hortelanos que ya han empezado a recoger alguno de los frutos del duro esfuerzo. Yo no digo nada de él, pero todo el mundo que lo ve dice que está muy bonito y no les falta nada de razón. Yo también lo pienso, aunque no encuentre un ratito para subir las fotos que le hago todos los fines de semana sin faltar uno.

 Pero hoy he decidido hacer un hueco y, para mostrar algunas de sus cosas bonitas, he elegido las flores que pintan de otros colores el verde. Y no solo porque son hermosas, sino porque en esa delicada belleza también guardan el secreto de las semillas que las preparan para florecer uno y otro año.



Aquí tenéis las flores de los pepinos. Este año se han extendido muchísimo y están dando infinidad de florecitas y de los consecuentes pepinos.


Las patatas también tienen unas preciosas florecitas blancas y, como hay tantas matas juntas, quedan la mar de graciosas.


Aquí está la flor del pimiento. Yo pienso que debe ser algo tímida porque no hace más que mirar al suelo... 


Éstas son las florecitas de las judías bajas. Las pobres andan dando poca producción por el momento pero que son lindas no se les puede negar.


Las más grandes son sin duda las flores del calabacín. Tienen unos colores naranjas preciosos y según se abren van abriendo camino al calabación que crece en la mata. 

Aquí la flor del tomate, uno de los grandes protagonistas de nuestro huerto. Muchas flores tienen las muchas tomateras que tenemos y yo sé que la hortelana jefa está asustada en su fuero interno de los muchos botes que potencialmente tendremos que apañar. Pero dejemos actuar a la naturaleza y a ver qué pasa... 


Las berenjenas también parecen algo tímidas, pero tienen un colorcito morado bien simpático. 


Las judías trepadoras, subiendo por su andamio...


Y, claro está, tenemos esta florecita de la que un día saldrá una sandía redonda y gorda. 

3 comentarios:

  1. Las judías trepadoras, subiendo por su andamio... ¿y ya?, no hija no, son felices en su peregrinar ascenso, orgullosas y altaneras, se sienten afortunadas de tener un robusto andamio al que asirse cuando hace viento.

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  2. José Luis García-Calvo Jaime7 de agosto de 2013, 5:03

    Sigo alucinando con el nivel fotográfico de este blog!!!

    Casi se pueden oler las plantas y las flores!! :D

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  3. Nunca había visto una flor sandía...

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