miércoles, 14 de noviembre de 2012

La casulla de oro


San Ildefonso, dicen que naciste de los grandes, allá en aquel tiempo en el que Toledo fue capital y que los visigodos aún tenían España. Podrías haber sido un guerrero pero decidiste desdeñar la espada y luchar con la pluma. Y tú, como cualquier otro caballero, defendiste a tu dama. Hay quien dice que incluso le pusiste nombre. Una mujer divina que supo agradecer tu devoción con un especial regalo. Así, cuentan que la Virgen bajó de los cielos con una casulla de oro para que oficiaras las celebraciones en su nombre. Los rumores nos llegan y traen historias de que los mismos ángeles bordaron el manto, arriba, entre las nubes. 

La piedra que posaron los pies de tu señora no ha sido destruida. Está en la catedral que nunca conociste y el tacto de peregrinos y fieles ha desgastado la piedra que está suave y fría.

1 comentario:

  1. Desdeñar... this is good for my Vocabulary AND for learning about Toledo!

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