Seguimos las vías del tren camino a donde las nubes paran. Solo el tren pasa de cuando en cuando. El ruido y la polución de los coches está lejos. El querer es poder y nosotros lo conseguimos.
Los árboles ya han comenzado a colorear sus hojas. Pronto habrán terminado de desnudarse y la sierra estará pintada de blanco. Para entonces no habrá otro modo posible de subir a la sierra que en el tren que transita estas vías.
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