En tus ojitos curiosos de almendra, aún sin color definido, se refleja el mundo entero. Yo me regodeo en ese momento en el que me miro en ellos y te sé feliz. Y así nos quedamos, embrujadas las dos por el amor mutuo, mientras la brisa fresca del fin del verano mueve las hojas de los árboles.
Precioso... que palabras más bonitas viniendo de una madre enamorada de su Rosa
ResponderEliminarRosa has us all under her spell. Mx
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